5/10/11

Medios, fines y comunicación

Daniel Mundo vuelve sobre una reflexión casi eterna: medios y fines. En este caso, referida a la comunicación moderna y la posibilidad de rediscutir sobre sus sentidos.

Uno de los mitos fundacionales de la época moderna, fortalecido en la contemporaneidad, representa a los medios de comunicación como una especie de arco de la libertad, una puerta aureolada de bondad y armonía, pues la comunicación supondría la capacidad de los interlocutores para superar los conflictos y cimentar el consenso. Los mass media forman parte del mismo organismo que las libertades de pensamiento, de opinión y de circulación.

Lo paradójico de esta situación radica en que cada vez los seres humanos de carne y hueso parecemos más incapaces de comunicarnos.

Otro debate, vacante aún, consiste en preguntarnos si el medio es, como creemos vulgarmente, un simple medio, y en este caso entre qué o quiénes sería un medio, cuál la consistencia de su naturaleza o cuál su función. O quizá la comunicación, el fin de los medios, se convirtió en otro medio más, y entonces ya no el medio sino la comunicación misma se haya vuelto todo el mensaje posible, el talismán mediático a invocar para terminar no diciendo nada. La comunicación, el imperativo posmoderno: “comunicar es bueno”, no importa qué ni cómo. ¿Seremos capaces de devolverle a la comunicación su carácter arriesgado y azaroso? ¿Concebirla como una tarea ardua y nunca automática? No hay entendimiento sin malentendido. La palabra interrumpe el silencio del que se nutre.

* Docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

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